Hace algunas semanas atrás, mirando una edición del programa La Sexta Columna que hablaba sobre los cambios en el estilo de vida que produjo la pandemia, me llamó la atención la historia de un muchacho -creo que se llamaba Daniel- que siempre había soñado con vivir en un lugar tranquilo, pero que debido a su trabajo estaba atado a residir en la gran ciudad. En el momento en el que el teletrabajo se hace una realidad y se encuentra trabajando desde su casa todos los días de la semana el hombre no se lo piensa dos veces: hace las maletas y se muda a un pueblecito, a las afueras de Madrid. Ese sueño se hacía realidad.
Daniel alquiló una casita pequeña, pero en el centro del pueblo por un tercio de lo que le costaba su piso en Madrid. Contaba que todas las mañanas desayuna en el bar del pueblo, en el cual ya lo conocen y ha hecho amigos, y de ahí se va directo a su casa soñada a trabajar. Una casa donde no llegan los ruidos ni la contaminación de la ciudad, una casa con chimenea y alfombra donde sentarse a mirar el fuego y disfrutar, un ambiente rústico ideal para apreciar la sencillez de las cosas. Desde entonces, Daniel no solo disfruta de las bondades de una vida tranquila, sino que además, contribuye a la economía local distribuyendo, de alguna manera, lo que gana como producto de su trabajo basado en la ciudad, hacia lugares más remotos. Y todo gracias a una conexión a Internet.
Banda ancha rural para descentralizar la productividad del país
Tal como menciona Andreu Vilamitjana en este blog: “[…] prestar atención a aquellas zonas olvidadas del país donde la productividad y la atracción de talento no pasan ya por instalar una empresa sino por algo mucho más simple como llevar fibra óptica”. ¿Cuántas personas creéis que como el hombre del programa de TV se animarían a hacer realidad el proyecto de una vida mejor si pudieran contar con una buena conexión a Internet en el entorno en el que siempre soñaron vivir? Apuesto a que más de uno de vosotros va a conversar este tema con vuestra pareja esta noche durante la cena.
Aunque se ha producido un impresionante aumento de la cobertura de las redes de muy alta capacidad, sigue existiendo una importante brecha entre la cobertura total y la rural. Tal y como recoge el plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, la conectividad digital constituye un factor clave para el desarrollo de la actividad económica, para el aumento de la productividad, el impulso a la innovación y la vertebración territorial y social. Muestra de ello es que el componente 15 del Plan dotado con cerca de 4.000 millones de € hasta 2023, prevé invertir gran parte de esa cantidad en el despliegue de redes de banda ancha ultrarrápida hasta alcanzar el 100% y en la ampliación de cobertura 5G hasta alcanzar el 75% de la población en 2025.
Esto confirma que se necesitan más inversiones, incluidas las públicas, para que las zonas rurales se pongan al día. En Cisco, creemos que hay cinco elementos que son clave y que deben incluirse en los proyectos de financiación de la banda ancha rural para potenciar más casos como el de Daniel:
1) Redes de muy alta capacidad: conviene destinar los fondos a redes de verdadera capacidad y realmente preparadas para el futuro. Es decir, que sean capaces de ofrecer velocidades de gigabits y cumplir los requisitos de fiabilidad y calidad del servicio. Dentro de la UE esto significa optar por tecnologías de red que se califiquen como redes de muy alta capacidad según el Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas. La combinación de tecnologías 5G y Wi-Fi 6 será fundamental también para permitir, por ejemplo, los sistemas de gestión del tráfico inteligente.
2) Tecnología para uso compartido de red: la arquitectura de red debería ser convergente y basada en IP para garantizar una segmentación lógica de recursos.
3) La mejor tecnología disponible: recomendamos que el dinero público se invierta estratégicamente pensando en aprovechar aquellas tecnologías clave disponibles. Nos referimos aquí especialmente a la desagregación y virtualización de las redes, que es un factor clave para evitar el bloqueo vertical y fomenta un ecosistema innovador al reducir la barrera de entrada. Un ejemplo podría ser: tecnología de red de acceso radioeléctrico abierta y virtualizada (Open vRAN), la pasarela de red de banda ancha nativa de la nube (cnBNG) o los terminales de línea óptica virtuales (vOLT).
4) Seguridad: no puede faltar un enfoque estratégico de protección extremo a extremo en cualquier inversión pública que cumpla con las normas nacionales y europeas.
5) Banda ancha asequible para hogares con bajos ingresos: el acceso a Internet está reconocido como un derecho humano por parte de la Organización de las Naciones Unidas por lo tanto todas las familias deben estar conectadas. El costo de no hacerlo puede significar dejar a niños fuera del sistema de escolarización y a muchos padres fuera del mercado laboral. En tal sentido, en Cisco pensamos que la inversión en tecnología debe venir acompañada de una serie de medidas que complementen la cobertura con una prestación de servicio asequible; de la misma manera en que se subvenciona energía u otros servicios públicos para los hogares vulnerables.
Cómo Italia redujo la brecha digital en sus zonas rurales
Nuestro vecino mediterráneo ya está trabajando en el tema. Entre 2014 y 2020, el Gobierno italiano destinó alrededor de 6.000 millones de euros provenientes de fondos públicos y privados para reducir la brecha digital en las zonas rurales. Primero, se hizo un análisis de segmentación geográfica, identificando 7.300 ciudades con deficiencias de mercado y áreas blancas, y 700 ciudades de áreas negras con más de la mitad de la población viviendo en áreas blancas.
La empresa Infratel fue la encargada del despliegue de las zonas blancas dado que no estaban previstas inversiones privadas en esas zonas. La concesión tiene una duración de 20 años con obligaciones de acceso abierto. El elemento innovador es la arquitectura utilizada para apoyar el acceso abierto, donde una arquitectura basada en IP puede proporcionar una cartera más amplia de productos de acceso, permitiendo así que incluso los pequeños proveedores ofrezcan servicios a través de la red.
Como siempre menciono, de todas las crisis se sale fortalecido y se obtienen oportunidades. Esta, sin duda, es una de las grandes. ¿Qué opináis? Me gustaría escucharos, dejadme vuestro comentario abajo.
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