Latinoamérica vive una Era Móvil. En la región, el crecimiento de los nuevos dispositivos acompañó el ascenso y la evolución de las líneas móviles. Los teléfonos inteligentes, tablets o laptops con acceso a Internet, son una herramienta más de nuestra vida diaria. BYOD (Bring Your Own Device) ha creado un nuevo modo de trabajo: móvil, virtual y en cualquier espacio.
Las organizaciones que desarrollan esta tendencia encuentran un mismo desafío: crear un entorno donde las personas puedan trabajar de manera efectiva y en conjunto, desde cualquier lugar y en cualquier momento.
¿A qué desafíos nos enfrentamos?
Un estudio de Frost & Sullivan confirma que la tendencia BYOD llegó a la región para quedarse. Ahora los dispositivos personales de los empleados -los mismos que usan en su vida diaria- necesitan tener acceso a la plataforma corporativa de información y los recursos de la empresa.
Aquí es cuando aparecen la red y el departamento de TI. Ellos deben crear las condiciones para que la tendencia BYOD sea aprovechada en las organizaciones, sin comprometer la seguridad ni impulsar demasiado los gastos operativos. Al mismo tiempo, son los encargados de fomentar la responsabilidad en los usuarios, quienes piden mayor libertad de elección de sus dispositivos.
Frost & Sullivan nos advierte que muchos empleados ya llevan consigo sus propios dispositivos al trabajo, debido a que sólo algunos prefieren utilizar los dispositivos corporativos. De este modo, encontramos el mayor problema de BYOD: controlar qué dispositivos acceden a la red, con qué derechos y con qué permisos.
Para solucionarlo, se aconseja implementar un entorno BYOD acompañado de un enfoque estratégico, en lo que se refiere a la promoción de políticas que garanticen una conducta responsable.
Consejos para una mejor seguridad
Adoptar un entorno BYOD implica considerar la seguridad de la red corporativa. Muchas empresas sufrieron problemas de seguridad en sus sistemas, a causa de empleados que utilizan dispositivos no autorizados.
En ocasiones, el derecho de los usuarios a impulsar las capacidades de sus dispositivos personales puede entrar en conflicto con las políticas empresariales de seguridad, lo que incrementa la exposición y la vulnerabilidad de la red.
Frente a este panorama, Frost & Sullivan recomienda:
– Realizar una evaluación de BYOD. Las empresas deben preguntarse qué debe ser protegido.
– Entrenar y comunicar a los usuarios sobre las políticas de BYOD, así disminuir los riesgos de fuga de datos o de vulnerabilidades.
– Restringir el acceso a la red corporativa, y, finalmente, permitir que las compañías adopten las capacidades técnicas necesarias para “limpiar” el dispositivo del usuario corporativo, en caso de pérdida o robo del mismo.
Puede saber más sobre los desafíos de seguridad de hoy en la palabra de los expertos de Frost & Sullivan en este video.