La transformación digital o disrupción en términos sencillos nos habla de modificar innovadoramente el comportamiento, la expectativa de los consumidores, los modelos de negocio y la estructura a largo plazo de la industria; no es necesario ser un estratega de negocios para comprender eso.
La innovación en los servicios financieros es deliberada y previsible. Las cadenas bancarias mejor establecidas se esfuerzan por garantizar que sus servicios al cliente sean de primera calidad y que los clientes potenciales encuentren una experiencia cada vez más personalizada y relevante en todos los canales, incluyendo servicios móviles.
Para Cisco, entre 2013 y 2022, el aumento de ingresos por capitalizar el Internet de las Cosas (IoT) en el sector financiero, representará 1,3 billones de dólares. Cuando se considera la oportunidad financiera en tándem con las posibilidades que ofrece IoT para recopilar y difundir información de un número infinito de fuentes, es evidente que IoT es probable que transformará la industria.
Es claro que en este sector el cliente debe estar como punto focal para poder tomar decisiones. Con el incremento del uso de dispositivos móviles, entregar experiencias únicas a través de canales tradicionales y digitales ha forzado a la banca tradicional a encontrar nuevos modelos de negocio; a vivir una disrupción.
En servicios financieros, existen retos como nuevos jugadores de la banca como los Fintechs que ingresan al mercado y cambia el entorno de la industria. La banca tradicional busca entonces diferenciar su oferta, agregando valor al cliente y siendo visto como un producto de necesidad básica; o se enfrentan al riesgo de perder su relevancia como líderes del mercado.
Proteger al cliente y la información financiera en este entorno digital es fundamental. Existen millones de datos e información esencial que requieren ser asegurados como parte de la propuesta de experiencias de valor para los clientes.
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