En un mundo completamente conectado, donde la mayoría de personas tienen un dispositivo móvil que les permite acceder a la información mediante Internet sin ningún tipo de restricción, nace una interrogante: ¿cómo la tecnología ha cambiado nuestras vidas y la forma en que trabajamos?
Antes de que la tecnología sea tan asequible, existían situaciones en las que, por ejemplo; podíamos despertar por la mañana, saludar a la pareja, tomar un buen desayuno, saludar a la familia y salir al trabajo. Al llegar al centro de labores, y mientras la computadora encendía, podíamos servirnos un café para estar activo todo el día. Finalizada la jornada, apagábamos la computadora y nos íbamos a casa. En definitiva, el concepto de trabajo estaba circunscrito a cuatro paredes y el acceso a la información sólo en determinado periodo del día.
Sin embargo, nuestra forma de vida evolucionó drásticamente cuando tres conceptos llegaron y cambiaron la forma en cómo se desarrolla nuestro día. Estos tres conceptos son Internet, movilidad y “smartphones” los que han sido factores clave para que esa rutina cambie completamente.
Recordemos que en el 2008, Apple nos sorprendió con su iPhone 3G y ese mismo año se implementó la primera red 3G móvil en el Perú. Bajo este escenario, sólo fue cuestión de tiempo para que esta nueva forma de interactuar con el mundo nos cambie completamente la vida.
Movilidad, disponibilidad y productividad
La movilidad ha cambiado completamente la forma en cómo experimentamos el mundo y cómo trabajamos. Hoy conectarse con otra persona para ofrecer nuevos servicios y productos está al alcance de un click. Las formas en cómo las empresas pueden explotar tecnologías orientadas a la movilidad es grande. Desde permitir que los usuarios usen sus propios dispositivos en la compañía de manera segura, hasta extender aplicaciones de colaboración en los dispositivos móviles para mejorar la productividad de los trabajadores. La posibilidad de estar en la calle y de pronto conectar a una video conferencia celebrada en una sala de directorio que se encuentra en un lugar alejado, usar portales para que los empleados puedan acceder a entrenamientos virtuales, acercar la empresa a sus clientes mediante expertos remotos a través de sesiones directamente al celular nos hace pensar que efectivamente, la tecnología es un habilitador de nuevas experiencias y formas de trabajar.
Sin embargo, la posibilidad tener al alcance de la mano la información, abre muchas dudas con respecto a la seguridad y a la protección de datos. ¿Cómo permito que los trabajadores utilicen su dispositivo de manera segura? ¿Qué hacer para que usuarios fuera de la oficina puedan colaborar de manera más efectiva sin afectar la seguridad interna? Muchas de estas preguntas tienen respuesta bajo una estrategia integral de seguridad al 100%, que incluya como parte fundamental a estas nuevas formas de trabajo móvil. Las fronteras no solo están dentro de la organización, sino que ahora están en todos lados, y la protección tiene que ser tanto dentro, fuera y hasta en la nube. Es por ello que la seguridad no debe de ser vista como un freno a nuevas formas de colaborar y de interactuar con los usuarios.
Sí, nuestra vida cambió, y ahora al despertar lo primero que hace una persona promedio es consultar el smartphone y luego saludar a la pareja, revisar la cuenta de Facebook o ver el último mensaje en Whatsapp. Y si no llevamos el celular a la ducha es porque no es acuático. Si bien identificamos cierta evolución en este comportamiento, lamentablemente el desayuno dejó de ser el momento de paz y amor con la familia porque desde que nos despertamos el trabajo se vuelve urgente e inmediato al revisar los correos electrónicos que llegan al buzón y que son urgentes de responder. De igual forma, esperamos un semáforo (si lo esperamos) para subir el primer Snapchat del día. Llegamos a la oficina, y encendemos la laptop, (ya que es incómodo escribir desde el celular), pero eso sí, abrimos WhatsApp versión web para no perdernos el chat con los amigos o la familia.
Como vemos, el concepto de trabajo cambió complemente aquel año 2008 y fue en ese momento en que la tecnología redefinió el trabajo y lo volvió una actividad más de nuestra vida en las 24 horas del día.
Si volvemos a la pregunta original: ¿cómo la tecnología ha cambiado nuestras vidas y la forma en cómo trabajamos? Si te sientes identificado con el párrafo anterior, mañana muy temprano deja tu celular a un lado y toma desayuno tranquilo, comparte con los tuyos y disfrútalos. Habrá otras 23 horas en las que te puedes volver a conectar.
Escrito por:
Gianfranco Tori De Florio
Systems Engineer – Andean Region
Cisco Systems