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A 6732 km. de la Navidad


16 December 2010


Increíble historia sobre la Navidad y la Tecnología.

Mi nombre es Nicolas Mansur, nací en Sincelejo, Colombia y soy físico e investigador de la Universidad Nacional de Colombia, actualmente me encuentro en la Base Marambio, Antartida, liderando una investigación especial con profesionales de diferentes lugares de Latinoamérica analizando el derretimiento de los hielos, esta investigación tiene una duración de 3 meses. Debido a las condiciones climáticas extremas solo es posible realizar el viaje entre los meses de diciembre y febrero.

Me considero un verdadero apasionado en lo que a investigación se refiera, pero como todo trabajo o profesión tiene algunas cosas a favor y otras en contra, si consideramos que en este preciso instante tenemos una temperatura ambiente de –39ºc vientos huracanados de 110 km/h, y para colmo de males, hoy es 25 de diciembre y yo estoy a unos 6732 km de casa, donde están mi esposa y mis dos niños, entonces claramente podríamos decir que estar aquí es una de las contras de mi trabajo, y en efecto, lo es.

La razón por la que acepte esta misión científica es por que siento una profunda vocación por mi profesión, sin embargo, fue una decisión muy difícil de tomar.
Tenía mucha curiosidad por saber que tan comunicado estaría de mi familia, si tendríamos posibilidades de hablar, de escribirnos y hasta de vernos, al menos en fotos.

Pero al llegar a la base me encontré con otras personas que se encontraban en situaciones similares a la mia, ellos me comentaron de los avanzados sistemas de telecomunicaciones que existen en la base.

Asi es cómo mediante distintas soluciones tecnológicas me encuentro siempre en contacto con mi familias, por ejemplo mediante una herramienta llamada WebEx podía ver en directo a mi familia, la primera vez que nos vimos me invadió una sensación única, como si el frío de la Antartida se transformara en el calor de mi hogar. Verlos a todos juntos, hablando, compartiendo anécdotas, hasta música y documentos, fue algo increíble.

Como hombre de Ciencias considero que cuando la humanidad se encuentra con la tecnología nuestra manera de vivir y trabajar se transforman, cuando la humanidad se conecta ocurren cosas inesperadas, soluciones innovadoras, como por ejemplo estar cerca de quienes queremos a pesar de estar lejos, y en este caso puntual MUY lejos.

Hace 27 días que estoy aquí y hace 27 días que mi familia me acompaña, todo fue mucho mejor a lo imaginado, inclusive les he ayudado a hacer las tareas del colegio, compartiendo documentos, videos, voz, datos, etc. Pero había algo de angustia latente porque se acercaba la navidad y es una fecha que uno espera con mucha ansiedad y esperanza para pasarla con sus seres queridos, y al estar lejos todos esos sentimientos se acentúan.

Sin embargo, acabo de vivir una experiencia única que creo nos marcará a fuego a mi y al resto de mi familia. Tengo 2 hijos, Lucas de 4 y Martín de 6, los dos estaban esperando ansiosos la llegada de Papá Noel, Para suplir mi ausencia se me ocurrió un plan que salió a la perfección.

Acordamos una sesión de WebEx para las 23.30 hs del día 24 de diciembre, una más de las que teníamos a diario, de hecho en principio no había nada nuevo, hablaba con los niños y les contaba lo que había hecho en el día, el clima, etc, pero en un determinado momento detrás de mi se escucharon ruidos extraños y ante la sorpresa de ellos al lado mio aparece súbitamente Papá Noel (que en realidad era un colaborador de mi equipo disfrazado). Ver la cara de sorpresa de mis niños fue algo increíble, ellos estaban teniendo una sesión de WebEx con Papá Noel !!, todo era incomprensible, pero había un detalle vital para los niños y eran los regalos, pero tranquilos… todo estaba pensado.

Papa Noel les cuenta que ya había pasado por mi casa y que ya había dejado los regalos ahí, en ese preciso instante alguien golpea la puerta y para sorpresa de los niños y de mi mujer, ellos se encontraron con los regalos, que yo había comprado vía Internet y acordado la hora de entrega. Los vimos juntos, hablamos, cantamos, brindamos, y pasamos una nueva Navidad juntos.

En este mundo loco, globalizado, cambiante y dinámico suceden cosas inimaginables, muchas son malas, pero muchas otras son increíblemente bellas, esta es una historia simple, sencilla, de una familia que paso una Navidad unida por 6732 km. de emoción y magia.

Ese es el efecto de la red humana.

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