En la dinámica de las empresas, hay desafíos que son comunes a todas. Por un lado, los CEOs buscan tomar ventaja de los servicios y aplicaciones en tres dimensiones: catalizar el negocio y ser más agresivos de cara al mercado; dar continuidad al negocio garantizando la propiedad de la información; y, fundamentalmente, hacer que la organización sea más eficiente y más productiva. Los CIOs, por su parte, buscan extender servicios de comunicación, con el objetivo fundamental de tener una plataforma que les permita reducir costos y mejorar el costo total de propiedad.
Sin lugar a dudas, la tecnología y las aplicaciones son motivadores de innovación en las organizaciones. El poder innovar de cara al mercado hace que las personas busquen estas soluciones que les permitan ser más ágiles y agresivas, cumpliendo con sus prioridades de negocio, para posicionarse de mejor forma a los clientes, con mejores productos y servicios.
La transformación que encaran las empresas para crecer en el contexto actual es apalancada no sólo por los sistemas internos de las compañías, sino cada vez más por los usuarios finales, que utilizan múltiples dispositivos y aplicaciones en su vida privada y quieren también habilitarlos para su vida corporativa. Y, a su vez, las corporaciones adoptan aplicativos que previamente sólo eran usados fuera del ámbito laboral. Ejemplos de esta tendencia es que el 65 por ciento de las compañías están desplegando al menos una herramienta de software social; un tercio de las empresas usa al menos una vez a la semana alguna aplicación de video; y la gente gasta más tiempo en Facebook que en cualquier otro website. Sin ir más lejos, para el año que viene se espera que más del 90 por centro del tráfico de datos sobre la red sea video.
Todo esto implica un salto tecnológico. En esta realidad global el cambio en la forma de trabajar y el cambio en la manera de comunicarse generan en las empresas la necesidad de estar constantemente actualizadas. El dilema de autorizar o no el uso de determinados dispositivos, desde tabletas a smartphones con diferentes sistemas operativos, termina cuando la movilidad se torna una demanda real para aumentar la productividad y la comunicación es una necesidad insoslayable que permite mejorar la eficiencia y la llegada al mercado. Claramente, sin un contexto de seguridad esto no es posible y, a más acceso, más seguridad se requiere.
Las redes, los centros de datos, las comunicaciones. ¿Quién puede negar hoy la necesidad de contar con la mejor tecnología, con el menor costo de propiedad, para apalancar el crecimiento del negocio, con la máxima seguridad y calidad disponible en el mercado? ¿Cómo enfrentar, sin la mejor tecnología, el avance de la diversidad de dispositivos que viven las compañías, el aumento exponencial del tráfico en las redes y de aplicaciones en servidores que son clave para los negocios, sin interrupciones ni caídas por falta de rendimiento y/o de capacidad? Es tiempo de migrar.
La tendencia del “Traiga su propio dispositivo” (Bring Your Own Device, en inglés) es cada vez más creciente. Teléfonos inteligentes y tabletas son los preferidos por quienes quieren relacionarse laboral y personalmente en cualquier momento y lugar. El desafío que enfrentan las empresas es mayúsculo: las redes antiguas no tienen las herramientas de administración y las políticas de seguridad para vincular a la organización todos esos dispositivos que traen los usuarios, impidiendo que las compañías aprovechen la ventaja de que sus trabajadores utilicen las aplicaciones de negocios. La flexibilidad a los empleados es una variable de éxito y una red sin fronteras, con los máximos estándares de seguridad es el motor que la empresa necesita para aprovechar esa ventaja competitiva.
La necesidad de potenciar las inversiones en TI, con un mejor costo total de propiedad, y un centro de datos de alto rendimiento y con capacidad para virtualizar tanto los servidores como los aplicativos es otro de los desafíos actuales.
Una sola compañía está lista y preparada con una arquitectura completa para enfrentar los desafíos, incluida la integración: Cisco proporciona los elementos fundamentales para que las empresas puedan reducir costos y ser altamente productivas. La continuidad del negocio, la entrega de servicios seguros y la virtualización son posibles cuando se cuenta con una infraestructura que sea simple de administrar, con políticas de seguridad y de negocio, y soporte las capacidades de video y comunicación que le permiten a la empresa ser flexible y productiva.
La organización del futuro comienza en el presente. Sólo una arquitectura integral como la de Cisco, con soluciones que punta a punta para las redes, los centros de datos y las comunicaciones permite reducir costos, administrar redes fijas y móviles, catalizar los procesos de negocios y tomar ventajas de la colaboración. Cambiar para transformar. Transformar para crecer. Innovación como motor del crecimiento, con la mejor tecnología: con Cisco, esto es posible.
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