Por Fernando Rodriguez, @FdoRodriguezM
En días pasados se corrió una interesante campaña en medios sociales de América Latina que invitaba a los participantes a contar historias de terror en el centro de datos.
El nombre de la campaña parecería sugerir situaciones fatalistas de ciencia ficción, pero no deja de ser llamativo ver patrones recurrentes que afectan múltiples centros de datos en distintos países de la región y que motivó la creación de un documento con más de 35 páginas de diversas fotos y anécdotas: Problemas y desorden con el “cableado estructurado” dentro del centro de datos que suele llevar a fallas de servicio y que dificultan su administración y operación; problemas de refrigeración y consumo de energía; fallas de software y de hardware a nivel de red, cómputo y almacenamiento; pérdidas de información por falta de respaldo confiable y administración engorrosa que debe hacerse directamente dentro de los centros de datos, normalmente en la noche y de madrugada.
Siempre que se hable de historias de terror existirán incrédulos y creyentes. Pero ver las fotos que los participantes compartieron, solo da pie a que como Santo Tomás creamos en que las historias allí mencionadas se quedan cortas ante lo que podría ocurrir sobre estos centros de datos. Ver esas fotos me recuerda al Jenga, el juego de mesa en que los participantes van retirando piezas de madera de una torre para hacerla cada vez más alta, aun cuando cada vez quede más inestable. Siempre llega el momento en que tocar una sola ficha hace que toda la torre se venga abajo. Y es que eso es justamente lo que ha venido ocurriendo en nuestros centros de datos en los últimos años y ha motivado tantas historias de terror: El crecimiento ha sido accidental, sobre bases poco estables y con poca planeación y arquitectura. Este crecimiento accidental se ha dado sobre múltiples silos tecnológicos con administración independiente y poca coordinación en su operación diaria: Redes, almacenamiento, aplicaciones y adecuaciones físicas (energía, enfriamiento, espacio, cableado) que giran en torno a los servidores.
Es justamente en esta realidad donde Cisco propone un cambio de mentalidad, un enfoque de arquitectura que elimine silos y busque la convergencia, para que ahora se entienda el centro de datos de forma transversal y enfocado siempre en el servicio. Esa propuesta de Cisco se materializó hace tres años y medio con el sistema de Cómputo unificado o Cisco UCS por sus siglas en inglés.
Si bien existen múltiples características que podríamos mencionar de Cisco UCS que ayudarían a solucionar problemas como los mencionados en las historias de terror, me gustaría resaltar solo una característica y para las otras invitaría al lector a ver este video que condensa las principales de ellas.
Cisco UCS implementa lo que en inglés se ha conocido como stateless computing que podríamos traducir al español como computación sin estado. Bajo este concepto lo que tenemos es que todo el hardware inmerso en el sistema es completamente programable y que su identidad y personalización se da bajo una administración basada en políticas mediante perfiles de servicio. Estos perfiles tocan múltiples aspectos involucrados en que una aplicación corra dentro de un servidor, utilice la información almacenada centralmente y se acceda por los usuarios a través de la red. Todo esto garantizando la calidad, disponibilidad y usabilidad del servicio de forma transversal.
Estos perfiles de servicio sobre los que se monta todo el andamiaje del sistema de cómputo unificado facilitan, permiten e invitan a que todo el cableado se haga una sola y única vez al instalar la solución y que se haga pensando en interfaces de alta velocidad y baja latencia que reduzcan la infraestructura necesaria. De allí en adelante y mediante otras innovaciones que incluye el sistema como la convergencia de redes LAN y SAN a través de protocolos como FiberChannel over Ethernet (FCoE), todo lo demás se maneja mediante políticas y programación del sistema, incluso de forma remota. También este esquema garantiza que en caso de ocurrir una falla en el hardware sea posible tomar ese perfil de servicio aplicarlo mediante programación a una nueva pieza de hardware y rápidamente se restablezca un servicio.
Con Cisco UCS el crecimiento de ese centro de datos no será un dolor de cabeza ni una historia de terror futura pues esta misma filosofía se maneja para implementaciones pequeñas o grandes, con servidores tipo rack y/o tipo blade, en ambientes virtualizados o no y siempre con administración centralizada y basada en roles.
Por eso mi mensaje final para todos aquellos que se atrevieron a contar sus historias de terror pero también para los que seguramente sufren en silencio el día a día de una realidad similar, es que los invitamos a conocer un poco más de Cisco UCS y como puede ayudarle en su organización, pues en realidad, Cisco UCS no refinó los servidores y su entorno… realmente los redefinió.