Nunca ha sido un momento tan incierto para la industria energética. La necesidad que tiene la humanidad de encontrar nuevas formas sustentables de generar energía, ha obligado a la industria de petróleo y gas a transformarse para poder sobrevivir.
Si pensamos en esta industria como si fuera un personaje, podemos imaginar un ser enorme, sumamente poderoso, de movimientos lentos y pesados, y reacción tardía. Esa imagen contrasta radicalmente con la agilidad de la era digital, los inminentes y arrebatados cambios, y la urgencia de constante de reinvención.
En la investigación Digital Vortex conducida por Cisco y el Centro Global para la Transformación de Negocios Digitales (DBT Center), que se basó en encuestas a cerca de mil líderes de empresas alrededor del mundo provenientes de 12 diferentes industrias, se identificó que en promedio, 4 de los 10 principales líderes de mercado de cada industria, serán desplazados por los nuevos disruptores digitales en los próximos tres años. A pesar de este panorama, solo 25% de las empresas están tomando acción al respecto.
En el reporte se expone que la industria energética (que en México tiene un lugar protagónico) no está exenta de esta amenaza y se ubica como una de las que se verán mayormente impactadas por la disrupción digital. Es por ello que los jugadores tradicionales deben poner en marcha estrategias orientadas a ganar agilidad de respuesta, capacidad de cambiar rápidamente y de generar nuevas maneras de entregar valor para poder sobrevivir, competir, e incluso seguir liderando.
Existen distintas acciones que los participantes de la industria pueden contemplar para lograr una exitosa integración al nuevo panorama global:
- La industria conectada: Si bien la transformación digital no solamente se trata de la capacidad del internet de las cosas para conectar todo el ecosistema –plataformas, refinerías, ductos, transporte, etc-, es el cimiento sobre el cual puede basarse la transformación. A través de esta tecnología pueden habilitarse plataformas de monitoreo, visibilidad y analítica avanzada que permitirán aumentar eficiencias, reducir costos y riesgos, y ganar mayor velocidad en la toma de decisiones.
- Alianzas de valor (Joint Ventures): En México la industria ha estado acostumbrada a operar sola. A raíz de la Reforma Energética, nuevos jugadores han entrado en el panorama, lo cual representa una oportunidad única para hacer alianzas con empresas globales expertas en distintas capacidades. Esto dará oportunidad a los jugadores locales de participar solo en los proyectos que sean más estratégicos y desarrollar especialización en áreas que generen mayor valor.
- Talento especializado: En la era digital, las personas siguen siendo el activo clave. Gracias al IoT, la automatización, las capacidades analíticas y las alianzas de valor, el talento podrá especializarse cada vez más en tareas más complejas. México gradúa más de 110 mil ingenieros cada año, esta cifra es mayor que Alemania y Estados Unidos juntos. El potencial del país para preparar profesionales es enorme, por lo que la industria puede apalancarse de este contexto para volverse un semillero de talento, no solo para México, sino para cualquier geografía.
A pesar del retador escenario, la industria ha llegado a un punto en el que es más conveniente aceptar el cambio que esperar un retroceso hacia lo tradicional. México, como una potencia en el sector, tiene la oportunidad, no solo de adoptar esta transformación, sino de liderarla.
Conoce cómo Cisco está habilitando la digitalización en la Industria Energética.