En la historia de la humanidad han existido tres grandes revoluciones tecnológicas. Comenzando por la Revolución en la Agricultura, la Revolución Industrial hasta la actual Revolución de la Información, que comenzó recientemente. Con esta nueva y reciente revolución, el mundo se ha convertido en una gigantesca red donde el acceso instantáneo a información libre y disponible para todos, redefine el futuro a un ritmo acelerado.
Esta incansable innovación tecnológica ha generado un estado permanente de cambio. Como resultado, el futuro se está convirtiendo en algo imposible de predecir, o anticipar.
Este cambio constante está generando una tensión entre las compañías y sus clientes. ¿Porqué? Porque muchas organizaciones fueron creadas y continúan estructuradas y organizadas para atender los retos y oportunidades de un mercado predecible (Era Industrial) En donde la estructura estaba pensada para modelos de trabajo rutinarios y estáticos. El sistema jerárquico de “Comando y Control” servía muy bien para estos propósitos. Pero ya no más. Las empresas tienen la imperiosa necesidad de reinventarse, y rápido.
Esto me recuerda una situación en el trabajo que fui testigo recientemente. Me encontraba semanas atrás en una minivan particular, a 91Km de la ciudad de La Paz, Bolivia, a más de 4000 metros de altura, camino a un resort para participar de un entrenamiento. Me acompañaban unos colegas del trabajo, y dos de ellos tenían la necesidad urgente de atender una reunión pactada desde Lima, para atender una situación crítica que requería tomar decisiones inmediatas. No estábamos en la oficina, no había salas de reuniones, estábamos en ruta, nos tomaría una hora más llegar al destino final, ¿Qué hacer? Más adelante el desenlace.
Necesitamos una nueva forma de hacer las cosas
Para poder sobrevivir en este mercado tan dinámico y competitivo, es imperativo redefinir los procesos, la tecnología y la cultura organizacional. Una cultura de propósito, con visión clara de transformación no sólo para el beneficio propio, sino también para sus socios, clientes (internos y externos) proveedores y comunidades. Una compañía que priorice el empoderamiento sobre el control, un empoderamiento a todos los niveles. Una empresa que acepte el hecho que los planes son susceptibles a modificarse, con lo cual se requieren métodos ágiles que fomenten la experimentación y el aprendizaje rápido. Que las jerarquías den paso a las redes, incrementando la capacidad de auto-organizarse y colaborar de una forma colectiva para estimular la innovación, y la aceleración de las toma de decisiones, sin necesidad de la intervención o supervisión directa del jefe. Con estructuras adaptivas, diseñadas para el cambio y el aprendizaje continuo. Estos son los principios fundamentales de las Empresas Ágiles del Siglo 21.
Frente a estos desafíos es que la tecnología y la conectividad pueden ayudar a las compañías en esta gran transformación.
Las tecnologías de Colaboración juegan un rol sumamente importante en esta revolución. Herramientas colaborativas puestas a disposición de los usuarios para que puedan conectarse y colaborar de manera eficiente, independiente del lugar, dispositivo, plataforma de sistema operativo o método de acceso. Herramientas que sean simples de usar, de gran calidad, y que no pongan en riesgo a las áreas de TI en términos de seguridad, escalabilidad y alta disponibilidad. Una plataforma colaborativa que tome en consideración los tres elementos fundamentales para la entrega de una experiencia irrestricta: El Software, el Hardware y la Red. Éste es el verdadero principio de una arquitectura holística. En resumen, una plataforma de Colaboración grado empresarial.
Volviendo a la situación que comenté líneas arriba, bajo el modelo de empresa ágil (y por ende, una unidad de TI ágil) mis colegas estaban empoderados con herramientas colaborativas que les permitieron, mediante una conexión de banda ancha a través de un módem LTE, crear sesiones de conferencias o salas virtuales, para que de manera remota pudieran conectarse habilitando, desde sus dispositivos laptop/smartphone/tablet funcionalidades de voz, video de alta calidad y compartición de contenido, lo que les permitió convocar de forma inmediata a todos los involucrados en el caso y tomar decisiones ágiles que les permitió superar un impase que hubiera originado pérdidas económicas a la empresa. Bajo un modelo empresarial tradicional, simplemente el negocio se hubiera perdido irremediablemente.
Conectividad y Tecnologías de Colaboración puestas a disposición del negocio como creadores de valor y de impacto directo en los resultados del negocio.
En una próxima entrega, iremos más a detalle dentro de la estructura organizacional y detallando cómo las distintas áreas organizacionales (p.e. Marketing, Recursos Humanos, Operaciones, etc.) pueden beneficiarse directamente, incorporando soluciones de Colaboración para incrementar la eficiencia, productividad y la tan ansiada agilidad empresarial.
Por Pedro Zevallos
Systems Engineer
Cisco Systems – Región Cansac